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Crónicas

    • 30
    • 03
    • 2015
  • Primer Torneo de Campeones de la AEPJG

    Una petaca en el Amen Corner

por: Raúl Rojo

De verdad que salimos motivados y con ganas de embocar un torneo que llevarnos a casa, sobre todo este primer Torneo de Campeones, pero, claro, luego te encuentras con Alfonso Aguilera y… ¿Qué puedes hacer? Pues nada, sólo te queda felicitarle y esperar al siguiente porque este torneo no ha tenido rival.

38 puntos en handicap y 35 en scratch (a un abismo de distancia del resto) es más que suficiente como para, simplemente, disfrutar de su juego. A él le queda el amargo sabor de la victoria (amargo sólo por las cervezas de después, se entiende) y una pequeña bajada de handicap. A nosotros, el recuerdo fantástico de un gran día de golf.

Es cierto que unos estuvieron más a la altura que otros, pero al final todos pudimos disfrutar. Juan Alegre y yo lo hicimos con el presi y su petaca (que no se entienda mal, sólo tenía ron, y tampoco mucho). Quizá por eso nos lo pasamos tan bien, quizá por eso Gallego casi le arranca la cabeza con un bolazo que surcó el aire a un metro y medio del suelo como un misil tierra-aire, quizá por ello no me desesperé con mi particular Amen Corner de Somosaguas, está claro que a los hoyos 2 y 3 no les voy a tener mucho cariño, aunque quizá también por la famosa petaca del presi no pudimos mejorar nuestras tarjetas.

En nuestro partido Toni Tomás no pudo venir por una lesión en el hombro, o eso dijo él porque la versión más extendida es que no se atrevió a medir su nivel golfístico con nosotros. Pobre, no sabe cómo estábamos jugando, si no, no lo hubiera dudado y allí estaría con nosotros. Esperemos verle en el siguiente, como a Mario Díaz. Poco valor le damos al trabajo de este secretario más en la sombra que nunca y al que muchos echamos en falta, como también echamos de menos un poco de ligereza y ritmo en el juego. De verdad que todos venimos con ganas de jugar, pero hay veces en las que vamos taaaaaaaaaaaan lentos que hasta los siempre calmados Paco Justicia, Carlos Alcaraz y otros, entre los que me incluyo, terminamos un poco desesperados. Suerte que toda desesperación pasa en un hoyo, el 19. Ahí no hay ningún mal trago, sobre todo para Alfonso Aguilera. Enhorabuena.