por: Laura Pérez del Toro Fernández
No se trataba de la organización de la 123 edición del US Open que se está disputando en Los Ángeles Country Club de California y nuestros golpes no se iban a parecer a los de Scottie Scheffler ó Rickie Fowler, pero hacía un día magnífico y pese a que los mosquitos amenazaban con comernos allá nos fuimos al Negralejo.
Bien es verdad que pensábamos que jugaríamos en el largo, pero aquello era como la Gran Vía cuando presentan película de Chris Hemsworth. Dos parejas de franceses, dos grupos de clases para niños con síndrome de down, lo que confirma que el golf ayuda y mantiene en forma a todos, y varias clases del propio Club, por lo que nos tuvimos que trasladar al corto y dar dos vueltas
“Más fácil” podríais pensar, pero nada de eso, grandes jugadores como Enrique Carneros (abuelo feliz) o Adiangela Dormaleteche, con quien tuve el placer de jugar, veían que su técnica depurada no tenía medida su fuerza y al ser tan técnico, muchos golpes iban más allá del green. Ojo, siempre que veas 85, 65 ó 90 metros échate a temblar, mejor 400 y bolón para adelante.
Ganador de Scratch y de Handicap el gran Jesús Pastor, que no sólo maneja el sand wedge o el putter como los grandes campeones, sino que además le da tiempo a sacar bonitas fotos, del campo y de los participantes.
No hubo mus, que tanto gusta a estos profesionales de la comunicación, pero es que el bar estaba cerrado, claro que se emplazaron para el 21 en Las Matas, ése campo situado en terreno con pendientes y desniveles perfectos para retar a cualquier golfista.
Un par 70 de campo especialmente diseñado para practicar, y crear estrategias, tomando decisiones arriesgadas.
¡Vamos, nos vemos en Las Matas!
