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Crónicas

    • 15
    • 09
    • 2015
  • Club de Campo

    Las tribulaciones de un (mal) jugador de golf que terminan con la rotura del driver

por: José Manuel Rastrollo.

A finales de agosto me encontré con Werner Herzog, quien me
avisó de un próximo torneo de la AEPJG. Supuse que sería el de primeros de septiembre
en el Club de Campo, que todos los años se me olvida inscribirme. Como nunca he
jugado allí y tenía curiosidad, me inscribí; incorrectamente, por cierto, por
lo que tuve que recurrir a Mario Díaz, que, con su bien hacer acostumbrado lo
pudo arreglar,  ya que quedaba un  hueco en el último partido. 

El día de autos, 2 de septiembre, comparecí en el lugar del
torneo. Allí estaba Pepe Sanjurjo, dando las últimas instrucciones y vigilando
que todo funcionara según lo previsto. Nada más saludarle, me espetó a
bocajarro: como te has apuntado el último, debes hacer la crónica del torneo.


Yo no sé si el encargo de Pepe me puso nervioso, si es que
hacía mucho tiempo que no jugaba en campo grande, o que se yo. Lo cierto es que
hice uno de los peores recorridos de mi vida, y los he hecho bien malos. En la
salida de uno de los últimos hoyos rompí el driver, por la varilla.  Miré incrédulo los restos del artilugio.
Marisa Perales, siempre excelente compañera y siempre dispuesta a animar al que
las cosas del juego le salen mal, trató de consolarme diciendo: -no te
preocupes, yo también rompí un driver. -¿También tú, Marisa?. (Por un instante
me vino a la mente el famoso ¿También tu, Brutus?  la dolorida sorpresa de Julio César ante la
puñalada final de su antiguo protegido. ¿Por qué esta extraña asociación de
ideas? Tal vez porque para acuchillar a César y para romper un driver hay que
ser un poco Bruto.


Pero no, Marisa lo aclaró en seguida: -No lo rompí jugando,
sino que apretujé demasiado la bolsa de palos en el maletero y se partió en
dos.


¿Cómo pude romper el driver? ¿tal vez por exceso de fuerza?
¿por exceso de mala puntería en la bajada hacia la bola? La mayoría de los
expertos consultados se inclinan por la segunda opción. De todas formas el
incidente tuvo diversas interpretaciones:


Según unos: Claro, apenas juega con el Club (la Asociación)
y así le va.


Decían otros: Al parecer, 
estaba acojonado por el encargo de Pepe Sanjurjo de hacer la crónica del
torneo, y seguramente rompió el driver para tener algo que decir.


Y no faltaba quien opinaba que el  cronista estaba extasiado contemplando en lontananza
el fulgor del hermoso día mientras bajaba distraídamente el driver hacia la
bola.


Lo que sí parece es que el impacto no dejó ningún profundo
cráter en el tee. En fin, agradezco su paciencia a Javier López López y Juan
López Mora, y reitero a Marisa Perales sus ánimos y consejos: mira a la bola,
te has levantado demasiado, etc.


Al llegar a casa y comentar estas incidencias con mi mujer,
comentó reflexivamente:


-Tendrás que jugar mejor, 
o dejar el golf.


-No, dejarlo nunca. Sabrás que el golf engancha mucho. Es
como una adicción.


- Pues tendrás que desengancharte si no mejoras tu juego.


- Es muy difícil. Los tratamientos contra la adicción al
golf son largos y costosos, y no se pueden financiar con la venta de los palos
y otros pertrechos. Además, en el golf conoces a gente estupenda, es un juego
noble que practicas en hermosos escenarios y es, sin lugar a dudas, el deporte
que produce la mayor densidad de anécdotas, alegrías, pequeños desencantos
fácilmente superados y un sinfín de peripecias que suelen soportar estoicamente
las parejas y también los amigos de estos esforzados deportistas que son los
jugadores de golf.


 Creo que con estos razonamientos conseguí tranquilizar a mi
mujer, con lo que espero obtener permiso para participar en futuros encuentros
de nuestra querida actividad deportiva. 


Por lo demás, habréis de perdonar que, después de lo
narrado,  pueda decir muy poco acerca del
desarrollo general del torneo. Hay que suponer que el espléndido día contribuyó
al buen juego y la satisfacción general de los 36 participantes en el magnifico
recorrido del Club de Campo, que nadie más rompió ningún driver, sino que anotó
formidables golpes, y que nos reencontraremos en las siguientes citas
programadas por nuestra Asociación.