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Crónicas

    • 27
    • 05
    • 2022
  • Crónicas

    Nos pinchan donde más duele

por: Javier Hernández

Esto del golf tiene muchas variables y como cualquiera de ellas es buena para justificar lo injustificable, pues a veces nos resulta difícil decidir si el culpable de una mala tarjeta es el aire, la lluvia, los compañeros de juego, que no has dormido, que has dormido mucho, que te duele el codo, que tu vecino ronca… pero yo en esta ocasión tengo una justificación que resulta totalmente irrefutable: los greenes estaban pinchados.
Y es que los greenes pinchados es algo que me supera, me pone de mala leche, me saca del juego y hasta que soy capaz de asumir que ningún putt va a seguir la línea planteada, que la fuerza en cada green es diferente y que las corbatas y putts de quince centímetros fallados es algo normal, pues me lleva a tener tres rayas en los primeros cinco hoyos.
A partir de ahí, pues lo de siempre: golpes buenos, golpes malos, falta de concentración, algún golpe que te lleva a pensar que sabes jugar a esto y una mañana agradable, con buena compañía y muchas ganas de volver a jugar, pero con unos greenes en buenas condiciones y si se puede pedir, pues que están rápidos.
Y en lo relativo al torneo, lo más remarcable la tarjeta de Marco Antonio, que ha decidido que quiere volver a ser el brillante jugador que yo conocí cuando entré en el club y los ganadores de los pares tres, Juanan y Paco Domenech, que dieron dos golpes espectaculares en dos hoyos que no estaban nada fáciles.
El resto ni pena, ni gloria. Buenas tarjetas de Navío, Gerardo y Rufino y nuestro querido Sanjurjo que sigue con su peregrinación por el desierto del “dónde está mi swing, que sólo aparece en la cancha de prácticas”.
La jornada como siempre terminó con el mus. Ricardo y Pastor masacrando a Paco Domínguez y Navio y Domenech y Sanjurjo peleando con Rufino y un servidor, para conseguir unas dignas tablas.
El próximo torneo ya sabéis que lo tenemos el 8 de junio en La Dehesa, así que allí os esperamos a todos, para buscar buenos pretextos, rezar para que los greenes estén bien y tratar de terminar la jornada ganando unos gin tonics al mus.